En la búsqueda de nuevas fuentes de energía y la reducción de nuestra dependencia de los combustibles fósiles, los parques eólicos marinos se presentan cada vez más como una solución atractiva. Pero su impacto potencial sobre la biodiversidad marina no debe pasarse por alto.
El desarrollo de energía eólica marina se está acelerando y potencializando, especialmente en la Unión Europea que podría producir entre el 12 y el 16 por ciento de su electricidad con esta tecnología para el 2030, el equivalente de 25.000 turbinas de viento.
Otros países, como los Estados Unidos, Japón, India y algunos estados de África Oriental también están explorando la posibilidad de usar esta tecnología.
Disminuir el consumo de petróleo, gas y carbón es vital para evitar los peores impactos del calentamiento global, pero al mismo tiempo tenemos que asegurarnos de que lo que llamamos «energía azul», que incluye las fuentes renovables en alta mar, también sea verde con el ecosistema marino y no incremente las tensiones existentes en el medio ambiente marino.
Los parques eólicos marinos pueden proporcionar ventajas para la fauna local a través de la creación de «zonas de no pesca» y de arrecifes artificiales donde las especies marinas pueden prosperar.
Si los parques eólicos no están adecuadamente diseñados y gestionados, las instalaciones pueden afectar negativamente a la biodiversidad, por ejemplo, en ciertos escenarios podrían causar la perdida de hábitat para las aves y criaturas marinas, generar colisiones de aves con las turbinas eólicas, desviar las rutas migratorias de aves y ballenas y generar ruido y interferencias electromagnéticas peligrosas para la navegación de buques.
Entonces para lograr un adecuado desarrollo de esta tecnología es necesario evitar lugares sensibles, usar diseños inteligentes, minimizar los impactos negativos y maximizar los beneficios para la biodiversidad.
La electricidad producida a partir de parques eólicos marinos se consolida como una gran opción en el camino del desarrollo sustentable ayudando a combatir el cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y los contaminantes tóxicos asociados con los combustibles fósiles.
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